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Writer's pictureDan Potter

Jeremías 32 ~ Jeremiah 32

Palabras de Vida ~ Escritura Diaria para la Vida Diaria


Parábola del terreno


Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías en el año décimo del reinado de Sedequías en Judá, es decir, en el año dieciocho de Nabucodonosor. 2 En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia mantuvo sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estuvo preso en el patio de la guardia del palacio real.


3 Sedequías, el rey de Judá, lo tenía preso y le reprochaba: «¿Por qué andas profetizando: “Así dice el Señor”? Andas proclamando que el Señor dice: “Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la tomará; 4 y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los babilonios, sino que será entregado en manos del rey de Babilonia y tendrá que enfrentarse con él cara a cara”. 5 Además, dices que el Señor afirma:

“Nabucodonosor se llevará a Sedequías a Babilonia, y allí se quedará hasta que yo vuelva a ocuparme de él”, y también: “Si ustedes combaten contra los babilonios, no vencerán”».

6 Jeremías respondió: «La palabra del Señor vino a mí, 7 y me dijo: “Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a pedirte que le compres el campo que está en Anatot, pues tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano”.


8 »En efecto, conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel vino a verme en el patio de la guardia y me dijo: “Compra ahora mi campo que está en Anatot, en el territorio de Benjamín, ya que tú tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano”. Entonces comprendí que esto era palabra del Señor, 9 y le compré a mi primo Janamel el campo de Anatot por diecisiete monedas de plata. 10 Reuní a los testigos, firmé la escritura, la sellé, y pagué el precio convenido. 11 Luego tomé la copia sellada y la copia abierta de la escritura con las condiciones de compra, 12 y se las entregué a Baruc, hijo de Nerías y nieto de Maseías, en presencia de Janamel, de los testigos que habían firmado la escritura, y de todos los judíos que estaban sentados en el patio de la guardia. 13 Con ellos como testigos, le ordené a Baruc: 14 “Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Toma la copia sellada y la copia abierta de esta escritura, y guárdalas en una vasija de barro para que se conserven mucho tiempo’. 15 Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘De nuevo volverán a comprarse casas, campos y viñedos en esta tierra’ ”.


16 »Después de entregarle la escritura a Baruc hijo de Nerías, oré al Señor:


17 »¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible. 18 Muestras tu fiel amor a multitud de generaciones, pero también castigas a los hijos por la iniquidad de sus antepasados. ¡Oh Dios grande y fuerte, tu nombre es el Señor Todopoderoso! 19 Tus proyectos son grandiosos, y magníficas tus obras. Tus ojos observan todo lo que hace la humanidad para dar a cada uno lo que merece, según su conducta y los frutos de sus acciones. 20 Tú hiciste milagros y prodigios en la tierra de Egipto, y hasta el día de hoy los sigues haciendo, tanto en Israel como en todo el mundo; así te has conquistado la fama que hoy tienes. 21 Tú, con gran despliegue de poder, y con milagros, prodigios y gran terror, sacaste de Egipto a tu pueblo. 22 Le diste a Israel esta tierra, donde abundan la leche y la miel, tal como se lo habías jurado a sus antepasados. 23 Pero, cuando entraron y tomaron posesión de ella, no te obedecieron ni acataron tu ley, ni tampoco hicieron lo que les habías ordenado. Por eso les enviaste toda esta desgracia. 24 Ahora las rampas de ataque han llegado hasta la ciudad para conquistarla. A causa de la espada, el hambre y la pestilencia, la ciudad caerá en manos de los babilonios que la atacan. Señor, todo lo que habías anunciado se está cumpliendo, y tú mismo lo estás viendo. 25 Señor mi Dios, a pesar de que la ciudad caerá en manos de los babilonios, tú me has dicho: “Cómprate el campo al contado en presencia de testigos”».


26 Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías: 27 «Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? 28 Por eso, así dice el Señor: Voy a entregar esta ciudad en manos de los babilonios y de Nabucodonosor, su rey, y él la capturará. 29 Y los babilonios que ataquen esta ciudad entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a Baal y, para provocarme a ira, se derramaban libaciones a otros dioses. 30 Porque desde su juventud el pueblo de Israel y el de Judá no han hecho sino lo malo delante de mí. El pueblo de Israel no ha dejado de provocarme a ira con la obra de sus manos —afirma el Señor—. 31 Desde el día en que construyeron esta ciudad hasta hoy, ella ha sido para mí motivo de ira y de furor. Por eso la quitaré de mi presencia, 32 por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén. 33 Ellos no me miraron de frente, sino que me dieron la espalda. Y aunque una y otra vez les enseñaba, no escuchaban ni aceptaban corrección. 34 Colocaban sus ídolos abominables en la casa que lleva mi nombre, y así la profanaban. 35 También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.


36 »Por tanto, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de esta ciudad que, según ustedes, caerá en manos del rey de Babilonia por la espada, el hambre y la pestilencia: 37 Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros. 38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 39 Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos. 40 Haré con ellos un pacto eterno: Nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor; pondré mi temor en sus corazones, y así no se apartarán de mí. 41 Me regocijaré en favorecerlos, y con todo mi corazón y con toda mi alma los plantaré firmemente en esta tierra.


42 »Así dice el Señor: Tal como traje esta gran calamidad sobre este pueblo, yo mismo voy a traer sobre ellos todo el bien que les he prometido. 43 Se comprarán campos en esta tierra, de la cual ustedes dicen: “Es una tierra desolada, sin gente ni animales, porque fue entregada en manos de los babilonios”. 44 En la tierra de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, de la región montañosa, de la llanura, y del Néguev, se comprarán campos por dinero, se firmarán escrituras, y se sellarán ante testigos —afirma el Señor—, porque yo cambiaré su suerte».


Jeremías 32


Jeremías 32 Comentario de Estudio en español:




Words of Life ~ Daily Scripture for Daily Life


Jeremiah Buys a Field


This is the word that came to Jeremiah from the Lord in the tenth year of Zedekiah king of Judah, which was the eighteenth year of Nebuchadnezzar. 2 The army of the king of Babylon was then besieging Jerusalem, and Jeremiah the prophet was confined in the courtyard of the guard in the royal palace of Judah.


3 Now Zedekiah king of Judah had imprisoned him there, saying, “Why do you prophesy as you do? You say, ‘This is what the Lord says: I am about to give this city into the hands of the king of Babylon, and he will capture it. 4 Zedekiah king of Judah will not escape the Babylonians but will certainly be given into the hands of the king of Babylon, and will speak with him face to face and see him with his own eyes. 5 He will take Zedekiah to Babylon, where he will remain until I deal with him, declares the Lord. If you fight against the Babylonians, you will not succeed.’”


6 Jeremiah said, “The word of the Lord came to me: 7 Hanamel son of Shallum your uncle is going to come to you and say, ‘Buy my field at Anathoth, because as nearest relative it is your right and duty to buy it.’


8 “Then, just as the Lord had said, my cousin Hanamel came to me in the courtyard of the guard and said, ‘Buy my field at Anathoth in the territory of Benjamin. Since it is your right to redeem it and possess it, buy it for yourself.’


“I knew that this was the word of the Lord; 9 so I bought the field at Anathoth from my cousin Hanamel and weighed out for him seventeen shekels of silver. 10 I signed and sealed the deed, had it witnessed, and weighed out the silver on the scales. 11 I took the deed of purchase—the sealed copy containing the terms and conditions, as well as the unsealed copy— 12 and I gave this deed to Baruch son of Neriah, the son of Mahseiah, in the presence of my cousin Hanamel and of the witnesses who had signed the deed and of all the Jews sitting in the courtyard of the guard.


13 “In their presence I gave Baruch these instructions: 14 ‘This is what the Lord Almighty, the God of Israel, says: Take these documents, both the sealed and unsealed copies of the deed of purchase, and put them in a clay jar so they will last a long time. 15 For this is what the Lord Almighty, the God of Israel, says: Houses, fields and vineyards will again be bought in this land.’


16 “After I had given the deed of purchase to Baruch son of Neriah, I prayed to the Lord:


17 “Ah, Sovereign Lord, you have made the heavens and the earth by your great power and outstretched arm. Nothing is too hard for you. 18 You show love to thousands but bring the punishment for the parents’ sins into the laps of their children after them. Great and mighty God, whose name is the Lord Almighty, 19 great are your purposes and mighty are your deeds. Your eyes are open to the ways of all mankind; you reward each person according to their conduct and as their deeds deserve. 20 You performed signs and wonders in Egypt and have continued them to this day, in Israel and among all mankind, and have gained the renown that is still yours. 21 You brought your people Israel out of Egypt with signs and wonders, by a mighty hand and an outstretched arm and with great terror. 22 You gave them this land you had sworn to give their ancestors, a land flowing with milk and honey. 23 They came in and took possession of it, but they did not obey you or follow your law; they did not do what you commanded them to do. So you brought all this disaster on them.

24 “See how the siege ramps are built up to take the city. Because of the sword, famine and plague, the city will be given into the hands of the Babylonians who are attacking it. What you said has happened, as you now see. 25 And though the city will be given into the hands of the Babylonians, you, Sovereign Lord, say to me, ‘Buy the field with silver and have the transaction witnessed.’”


26 Then the word of the Lord came to Jeremiah: 27 “I am the Lord, the God of all mankind. Is anything too hard for me? 28 Therefore this is what the Lord says: I am about to give this city into the hands of the Babylonians and to Nebuchadnezzar king of Babylon, who will capture it. 29 The Babylonians who are attacking this city will come in and set it on fire; they will burn it down, along with the houses where the people aroused my anger by burning incense on the roofs to Baal and by pouring out drink offerings to other gods.


30 “The people of Israel and Judah have done nothing but evil in my sight from their youth; indeed, the people of Israel have done nothing but arouse my anger with what their hands have made, declares the Lord. 31 From the day it was built until now, this city has so aroused my anger and wrath that I must remove it from my sight. 32 The people of Israel and Judah have provoked me by all the evil they have done—they, their kings and officials, their priests and prophets, the people of Judah and those living in Jerusalem. 33 They turned their backs to me and not their faces; though I taught them again and again, they would not listen or respond to discipline. 34 They set up their vile images in the house that bears my Name and defiled it. 35 They built high places for Baal in the Valley of Ben Hinnom to sacrifice their sons and daughters to Molek, though I never commanded—nor did it enter my mind—that they should do such a detestable thing and so make Judah sin.

36 “You are saying about this city, ‘By the sword, famine and plague it will be given into the hands of the king of Babylon’; but this is what the Lord, the God of Israel, says: 37 I will surely gather them from all the lands where I banish them in my furious anger and great wrath; I will bring them back to this place and let them live in safety. 38 They will be my people, and I will be their God. 39 I will give them singleness of heart and action, so that they will always fear me and that all will then go well for them and for their children after them. 40 I will make an everlasting covenant with them: I will never stop doing good to them, and I will inspire them to fear me, so that they will never turn away from me. 41 I will rejoice in doing them good and will assuredly plant them in this land with all my heart and soul.


42 “This is what the Lord says: As I have brought all this great calamity on this people, so I will give them all the prosperity I have promised them. 43 Once more fields will be bought in this land of which you say, ‘It is a desolate waste, without people or animals, for it has been given into the hands of the Babylonians.’ 44 Fields will be bought for silver, and deeds will be signed, sealed and witnessed in the territory of Benjamin, in the villages around Jerusalem, in the towns of Judah and in the towns of the hill country, of the western foothills and of the Negev, because I will restore their fortunes, declares the Lord.”


Jeremiah 32


Jeremiah 32 Study Commentary in english:


todo en una fila (all in a row) Guadalajara, Jalisco

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