Palabras de Vida ~ Escritura Diaria para la Vida Diaria
¡Ay, el Señor ha eclipsado a la bella Sión con la nube de su furor! Desde el cielo echó por tierra el esplendor de Israel; en el día de su ira se olvidó del estrado de sus pies.
2 Sin compasión el Señor ha destruido todas las moradas de Jacob; en su furor ha derribado los baluartes de la bella Judá y ha puesto su honra por los suelos al derrocar a su rey y a sus príncipes.
3 Dio rienda suelta a su furor y deshizo todo el poder de Israel. Nos vimos frente al enemigo, y el Señor nos negó su ayuda. Ardió en Jacob como un fuego encendido que consumía cuanto le rodeaba.
4 Como enemigo, tensó el arco; lista estaba su mano derecha. Como enemigo, eliminó a nuestros seres queridos. Como fuego, derramó su ira sobre las tiendas de la bella Sión.
5 El Señor se porta como enemigo: ha destruido a Israel. Ha destruido todos sus palacios y derribado sus baluartes. Ha multiplicado el luto y los lamentos por la bella Judá.
6 Ha desolado su morada como a un jardín; ha derribado su lugar de reunión. El Señor ha hecho que Sión olvide sus fiestas solemnes y sus sábados; se desató su furia contra el rey y dejó de lado al sacerdote.
7 El Señor ha rechazado su altar; ha abandonado su santuario. Ha puesto en manos del enemigo las murallas de sus palacios. ¡Lanzan gritos en la casa del Señor como en día de fiesta!
8 El Señor decidió derribar la muralla que rodea a la bella Sión. Tomó la vara y midió; destruyó sin compasión. Hubo lamentos en rampas y muros; todos ellos se derrumbaron.
9 Las puertas se han desplomado; él rompió por completo sus cerrojos. Su rey y sus príncipes andan entre las naciones; ya no hay ley ni profetas, ni visiones de parte del Señor.
10 En la bella Sión los ancianos se sientan silenciosos en el suelo; se echan ceniza sobre la cabeza y se visten de luto. Postradas yacen en el suelo las jóvenes de Jerusalén.
11 El llanto me consume los ojos; siento una profunda agonía. Estoy con el ánimo[f] por los suelos porque mi pueblo ha sido destruido. Niños e infantes desfallecen por las calles de la ciudad.
12 «¿Dónde hay pan y vino?», preguntan a sus madres mientras caen por las calles como heridos de muerte, mientras en los brazos maternos exhalan el último suspiro.
13 ¿Qué puedo decir de ti, bella Jerusalén? ¿A qué te puedo comparar? ¿Qué ejemplo darte como consuelo, virginal ciudad de Sión? Profundas como el mar son tus heridas. ¿Quién podría devolverte la salud?
14 Tus profetas te anunciaron visiones falsas y engañosas. No denunciaron tu maldad; no evitaron tu cautiverio. Los mensajes que te anunciaban eran falsas patrañas.
15 Cuantos pasan por el camino aplauden burlones al verte. Ante ti, bella Jerusalén, hacen muecas, y entre silbidos preguntan: «¿Es esta la ciudad de belleza perfecta? ¿Es esta la alegría de toda la tierra?»
16 Todos tus enemigos abren la boca para hablar mal de ti; rechinando los dientes, declaran burlones: «Nos la hemos comido viva. Llegó el día tan esperado; ¡hemos vivido para verlo!»
17 El Señor ha llevado a cabo sus planes; ha cumplido su palabra, que decretó hace mucho tiempo. Sin piedad, te echó por tierra; dejó que el enemigo se burlara de ti, y enalteció el poder de tus oponentes.
18 El corazón de la gente clama al Señor con angustia. Bella Sión amurallada, ¡deja que día y noche corran tus lágrimas como un río! ¡No te des un momento de descanso! ¡No retengas el llanto de tus ojos!
19 Levántate y clama por las noches, cuando empiece la vigilancia nocturna. Deja correr el llanto de tu corazón como ofrenda derramada ante el Señor. Eleva tus manos a Dios en oración por la vida de tus hijos, que desfallecen de hambre y quedan tendidos por las calles.
20 «Mira, Señor, y ponte a pensar: ¿A quién trataste alguna vez así? ¿Habrán de comerse las mujeres a sus hijos, fruto de sus entrañas? ¿Habrán de matar a sacerdotes y profetas en el santuario del Señor?
21 »Jóvenes y ancianos por igual yacen en el polvo de las calles; mis jóvenes y mis doncellas cayeron a filo de espada. En tu enojo les quitaste la vida; ¡los masacraste sin piedad!
22 »Como si invitaras a una fiesta solemne, enviaste contra mí terror de todas partes. En el día de la ira del Señor nadie pudo escapar, nadie quedó con vida. A mis seres queridos, a los que eduqué, los aniquiló el enemigo».
Lamentaciones 2
Lamentaciones 2 Comentario de Estudio en español:
Words of Life ~ Daily Scripture for Daily Life
How the Lord has covered Daughter Zion with the cloud of his anger! He has hurled down the splendor of Israel from heaven to earth; he has not remembered his footstool in the day of his anger.
2 Without pity the Lord has swallowed up all the dwellings of Jacob; in his wrath he has torn down the strongholds of Daughter Judah. He has brought her kingdom and its princes down to the ground in dishonor.
3 In fierce anger he has cut off every horn of Israel. He has withdrawn his right hand at the approach of the enemy. He has burned in Jacob like a flaming fire that consumes everything around it.
4 Like an enemy he has strung his bow; his right hand is ready. Like a foe he has slain all who were pleasing to the eye; he has poured out his wrath like fire on the tent of Daughter Zion.
5 The Lord is like an enemy; he has swallowed up Israel. He has swallowed up all her palaces and destroyed her strongholds. He has multiplied mourning and lamentation for Daughter Judah.
6 He has laid waste his dwelling like a garden; he has destroyed his place of meeting. The Lord has made Zion forget her appointed festivals and her Sabbaths; in his fierce anger he has spurned both king and priest.
7 The Lord has rejected his altar and abandoned his sanctuary. He has given the walls of her palaces into the hands of the enemy; they have raised a shout in the house of the Lord as on the day of an appointed festival.
8 The Lord determined to tear down the wall around Daughter Zion. He stretched out a measuring line and did not withhold his hand from destroying. He made ramparts and walls lament; together they wasted away.
9 Her gates have sunk into the ground; their bars he has broken and destroyed. Her king and her princes are exiled among the nations, the law is no more, and her prophets no longer find visions from the Lord.
10 The elders of Daughter Zion sit on the ground in silence; they have sprinkled dust on their heads and put on sackcloth. The young women of Jerusalem have bowed their heads to the ground.
11 My eyes fail from weeping, I am in torment within; my heart is poured out on the ground because my people are destroyed, because children and infants faint in the streets of the city.
12 They say to their mothers, “Where is bread and wine?” as they faint like the wounded in the streets of the city, as their lives ebb away in their mothers’ arms.
13 What can I say for you? With what can I compare you, Daughter Jerusalem? To what can I liken you, that I may comfort you, Virgin Daughter Zion? Your wound is as deep as the sea. Who can heal you?
14 The visions of your prophets were false and worthless; they did not expose your sin to ward off your captivity. The prophecies they gave you were false and misleading.
15 All who pass your way clap their hands at you; they scoff and shake their heads at Daughter Jerusalem: “Is this the city that was called the perfection of beauty, the joy of the whole earth?”
16 All your enemies open their mouths wide against you; they scoff and gnash their teeth and say, “We have swallowed her up. This is the day we have waited for; we have lived to see it.”
17 The Lord has done what he planned; he has fulfilled his word, which he decreed long ago. He has overthrown you without pity, he has let the enemy gloat over you, he has exalted the horn of your foes.
18 The hearts of the people cry out to the Lord. You walls of Daughter Zion, let your tears flow like a river day and night; give yourself no relief, your eyes no rest.
19 Arise, cry out in the night, as the watches of the night begin; pour out your heart like water in the presence of the Lord. Lift up your hands to him for the lives of your children, who faint from hunger at every street corner.
20 “Look, Lord, and consider: Whom have you ever treated like this? Should women eat their offspring, the children they have cared for? Should priest and prophet be killed in the sanctuary of the Lord?
21 “Young and old lie together in the dust of the streets; my young men and young women have fallen by the sword. You have slain them in the day of your anger; you have slaughtered them without pity.
22 “As you summon to a feast day, so you summoned against me terrors on every side. In the day of the Lord’s anger no one escaped or survived; those I cared for and reared my enemy has destroyed.”
Lamentations 2
Lamentations 2 Study Commentary in English:
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